miércoles, 2 de mayo de 2012

Buenos Oficios en Bolivia


Buenos Oficios en Bolivia

Después que Evo Morales tomara posesión como Presidente, en enero de 2006, el país se dividió debido a la existencia de dos agendas políticas distintas.  Para el Gobierno, el objetivo fundamental fue la elaboración de una nueva Constitución Política del Estado (CPE) con claros propósitos de transformación estructural. El mecanismo utilizado para impulsar la reforma de la CPE, fue la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
La oposición, esencialmente concentrada en los departamentos de la llamada Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando), consolidó el reclamo de la autonomía. El Poder Ejecutivo, por su parte, privilegiaba una fuerte centralización, que le permitiera concretar fácilmente las reformas y el reconocimiento de una verdadera inclusión para las comunidades indígenas.
Durante el período de sesiones de la Asamblea Constituyente se produjeron hechos particularmente violentos, con enfrentamientos de marchas y manifestaciones callejeras, que produjeron un fuerte desgaste institucional y deterioraron notoriamente la situación política y de gobernabilidad de Bolivia. 
Durante su visita a Bolivia, en enero de 2008, el Secretario General reiteró su intención de apoyar los esfuerzos del Gobierno del Presidente Evo Morales por avanzar en la búsqueda de acuerdos a través del diálogo político, con los sectores que mantienen diferencias en torno a los contenidos de la nueva Constitución surgida de la Asamblea Constituyente.
El Secretario General mantuvo reuniones con autoridades del Gobierno, así como con líderes de la oposición, como el Prefecto del Departamento de Santa Cruz, Rubén Costas. Durante la conversación, el Secretario General manifestó su disposición de apoyar toda iniciativa tendiente a alcanzar un acercamiento entre el gobierno y los sectores que activamente se oponían a la puesta en vigencia de la nueva Constitución. Reconociendo las profundas diferencias existentes, y las dificultades para generar estados de ánimo proclives a la negociación, el Secretario General  insistió en que sin pronunciarse sobre los contenidos ideológicos del instrumento recién creado, porque no le correspondía, su percepción era que en el texto constitucional que respalda el gobierno de Morales, no hay elementos que contravengan los principios democráticos exigidos por la Carta Democrática Interamericana.
Reiteró que es a los propios bolivianos a quienes corresponde pronunciarse, a favor o en contra, sobre el nuevo texto que emerge de la Asamblea Constituyente, y que, para eso, es necesario hacer un esfuerzo negociador para, en torno a una agenda que identifique los principales puntos de controversia, llegar a un diálogo que la sociedad boliviana merece, después de haber transitado a la democracia con persistentes dificultades.
A continuación se describe las iniciativas y acciones realizadas desde la Secretaria General para facilitar el dialogo y promover un clima de entendimiento:
  • A fines de febrero de 2008, el Secretario General expresó, a través de un comunicado de prensa, su preocupación por la situación política en Bolivia e hizo un llamado “para que se restablezca el diálogo y el clima de convivencia entre el Gobierno y la oposición”.
  • El 4 de marzo de 2008, el Ministro de Relaciones Exteriores y Cultos de la República de Bolivia, David Choquehuanca, presentó ante el Consejo Permanente, en una Sesión Extraordinaria, un pormenorizado informe sobre la situación política en su país, así como sobre el proceso de reforma constitucional encarado por el Gobierno del Presidente Evo Morales. En su intervención, el Canciller boliviano solicitó al Consejo Permanente que pudiera acompañar el proceso del referéndum aprobatorio de la nueva Constitución Política del Estado que se llevaría a cabo el 4 de mayo 2008.
  • El 23 de abril, el Consejo Permanente formuló un llamado a favor del inicio inmediato del diálogo en Bolivia, a fin de evitar situaciones de riesgo que comprometieran la vigencia de la democracia. El Secretario General destacó que existía consenso sobre la preservación del régimen democrático y de las instituciones.
  • El 26 de abril del 2008, el Consejo Permanente de la OEA apoyó al Gobierno de Bolivia y abogó por el resguardo del sistema democrático y la integridad territorial de la nación sudamericana. Al mismo tiempo, formuló un fuerte llamado a favor de un diálogo que permitiera zanjar pacíficamente las diferencias existentes entre el Gobierno y sectores de la oposición.
El Canciller boliviano invocó el artículo 17 de la Carta Democrática Interamericana, en el que se establece que “cuando un Gobierno de un Estado Miembro considere que está en riesgo su proceso político institucional democrático o su legítimo ejercicio del poder, podrá recurrir al Secretario General o al Consejo Permanente a fin de solicitar asistencia para el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática”. El Secretario General dio lectura a una carta remitida a la OEA por el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas Aguilera, en la que manifestaba la disposición al diálogo del “Consejo Nacional Democrático”, pero sin especificar ninguna fecha precisa para que los distintos sectores pudieran sentarse a negociar.
  • En este sentido, el Secretario General encargó, al entonces, Secretario de Asuntos Políticos, Dante Caputo, para que viajara a Bolivia a entrevistarse con las máximas autoridades del Gobierno y recibiera formalmente la propuesta de inicio de diálogo con la oposición. De esta manera, Caputo viajó a Bolivia con la misión de iniciar conversaciones, ya fuera de manera directa o triangulada, en un esfuerzo negociador impulsado por el Consejo Permanente para abrir canales de solución al conflicto.
  • El 3 de mayo 2008, el Consejo Permanente de la OEA aprobó una Resolución en la cual expresó su solidaridad y respaldo al pueblo y Gobierno de Bolivia y rechazó cualquier intento de ruptura del orden constitucional y de la integridad territorial de la República de Bolivia. Al mismo tiempo, instó al Secretario General a continuar en su labor de buenos oficios para promover el diálogo y la concertación en Bolivia.
  • El 22 de mayo el Secretario de Asuntos Políticos presentó al Consejo Permanente un detallado informe sobre la situación política en Bolivia y las gestiones realizadas para promover el diálogo. Caputo destacó que la convocatoria a un referéndum revocatorio de los mandatos del Presidente de la República y de los nueve Prefectos Departamentales, previsto para el 10 de agosto, implicaba “una transformación de los hechos de tensión en una discusión de marcado carácter politizado”. Asimismo, puso de relieve los esfuerzos desplegados por el Gobierno del Presidente Evo Morales para promover, tras la realización del referéndum autonómico del 4 de mayo en Santa Cruz, “un ejercicio de diálogo inconcluso, pero con un texto comprehensivo” sobre las distintas posiciones existentes entre el Ejecutivo y la oposición. En respuesta, el Representante Permanente de Bolivia ante la OEA agradeció a la OEA el esfuerzo unificador desplegado entre el gobierno y la oposición. El diplomático boliviano transmitió al Consejo Permanente la invitación del Gobierno a la OEA a participar como observador internacional en el referéndum del 10 de agosto.
  • La SG/OEA en respuesta a los mandatos del Consejo Permanente y a solicitud del Gobierno de Bolivia, realizó varias visitas al país con el propósito de establecer mecanismos para facilitar el diálogo entre los actores políticos además de realizar la observación electoral del referéndum revocatorio del 10 de agosto 2008. En distintas ocasiones se realizaron encuentros tanto con actores clave del gobierno como miembros de la oposición regional y partidaria con miras a establecer mecanismos que facilitaran el diálogo y la negociación. En este sentido, la SG/OEA participó en el diálogo realizado en octubre, en Cochabamba, entre el gobierno y los prefectos que representaban la CONALDE y en la facilitación del diálogo entre los senadores y diputados de todas las fuerzas políticas del Congreso.
  • El 6 de agosto 2008, el Secretario General expresó su preocupación por la evolución de los acontecimientos en Bolivia, en los días previos a la realización del Referéndum del 10 de agosto. La situación de violencia, confrontaciones y graves desacuerdos políticos podían impedir que la crisis política encontrara un camino pacífico para su solución. En consecuencia el Secretario General hizo un llamado urgente a todas las partes para que se aseguraran las condiciones básicas para que el proceso electoral transcurriera de manera pacífica. La OEA envió una Misión Observadora del Referéndum, con un número superior a los 100 integrantes.
  • El 29 de agosto 2008, a través de un comunicado de prensa, el Secretario General insistió en su llamado al diálogo en Bolivia y reiteró la disposición del organismo hemisférico de colaborar con la promoción del entendimiento entre el Gobierno del Presidente Evo Morales y los Prefectos Departamentales. El Secretario General manifestó que había acogido con “muy buena voluntad, con mucho afecto y con mucho agradecimiento” el planteamiento tanto del Presidente Evo Morales como de los Prefectos opositores, “que nos piden que nosotros sigamos en un esfuerzo de facilitación (del diálogo)”.
El 12 de septiembre, mediante un comunicado de prensa, el Secretario General reiteró su preocupación por los hechos de violencia registrados en la República de Bolivia y señaló que las prioridades en ese país eran: “primero, el fin de la violencia; segundo, el reconocimiento y acatamiento a las autoridades legítimas; y tercero, la instalación de una mesa de diálogo donde los problemas pendientes puedan ser resueltos”
  • El 19 de septiembre de 2008, el Secretario General viajó a Bolivia y se reunió con el Presidente Evo Morales, el Vicepresidente Álvaro García Linera y el Canciller David Choquehuanca en el marco de las intensas negociaciones que se desarrollaron en Cochabamba para superar la crisis política que vivía Bolivia en ese entonces. En sus primeras declaraciones, el Secretario General dijo que traía “un mensaje de apoyo, de solidaridad y de buena voluntad para ayudar en lo que se nos pida”.
  • El 14 de octubre del 2008, el Gobierno de Bolivia hizo un llamado a la OEA, y a sus 34 Estados Miembros, en una sesión del Consejo Permanente, para que apoyaran el proceso estructural de cambios políticos, económicos, sociales y culturales emprendidos por el Presidente Evo Morales. Para el efecto, el Secretario General envió a La Paz una comitiva encabezada por el Embajador Raúl Lago, de la Secretaría de Asuntos Políticos, a fin de estar presente en el proceso de dialogo entre el Gobierno y la oposición.
  • Impulsada por el Gobierno se inició una gran marcha desde distintas partes del país, integrada y apoyada por organizaciones sociales de distintas características dirigiéndose hacia la capital y fundamentalmente a la sede del Congreso, reclamando la aprobación sin más trámite de la CPE. El Congreso intentaba, en esos momentos, rescatar la posibilidad de un acuerdo a través de la instalación de una mesa de diálogo y concertación con el objeto de superar  las diferencias que resultaban incompatibles para la oposición, con mayoría en el Senado, en el proyecto de constitución aprobada en Oruro
  • La marcha, que se desarrollaba pacíficamente  en la medida que se acercaba a La Paz generaba un clima de creciente tensión e incertidumbre, que preocupaba tanto a la oposición como al gobierno, e hizo temer por las consecuencias imprevisibles que podían derivarse y, por consiguiente, por la estabilidad institucional de Bolivia. Los representantes del Secretario General reclamaron al gobierno la garantía de que los reclamos y exigencias de la marcha fueran planteados en forma pacífica y exenta de todo tipo de violencia.
  • La Secretaría General de la OEA estuvo presente, junto a otras organizaciones internacionales, durante las negociaciones de la mesa de diálogo instalada en el Congreso de la República.  Atenta al mandato  del Consejo Permanente le correspondió un activo papel durante el proceso, en ejercicio de la misión de buenos oficios.
Hasta octubre de 2008 Bolivia había transitado, desde la instalación del Gobierno presidido por Evo Morales, por una serie de desencuentros y confrontaciones, destacando los que se produjeron durante las sesiones de la Asamblea Constituyente, generando incertidumbre en cuanto a los posibles resultados de dichos enfrentamientos. Octubre fue un momento clave en el que se dejó de lado la confrontación, y a través de la mesa de diálogo, en la que participaron todas las fuerzas políticas, se consiguió que se valorasen los consensos, o por lo menos encontrar los caminos para administrar los disensos. Finalmente, esta mesa de diálogo, con la modificación de 149 artículos del proyecto de la Asamblea Constituyente, modificaciones planteadas por los sectores de la oposición, permitieron alcanzar un acuerdo y aprobar la nueva CPE, que si bien no contempla las aspiraciones absolutas que pretendían cada una de las partes, se logró un grado de aceptación relevante.
La apuesta por el diálogo, como verdadero recurso democrático, ha sido siempre el objetivo de todas las acciones que desarrollara la Secretaría General en cumplimiento de la Misión, ajustándose en definitiva a los principios y propósitos constitutivos de la OEA y de la Carta Democrática Interamericana.
Naturalmente, el éxito logrado con el acuerdo en el Congreso debe atribuirse a sus verdaderos protagonistas, los legisladores bolivianos, quienes representaban en el Congreso a los diferentes partidos políticos. Igualmente, la comunidad internacional con su permanente presencia, en calidad de observadores, fue determinante para condicionar a los participantes a la mesa de diálogo.
La Misión en Bolivia, siguiendo las instrucciones del Secretario General y de acuerdo al mandato del Consejo Permanente, contribuyó durante el período de las deliberaciones en el ejercicio de la misión de buenos oficios a impulsar activamente los acuerdos, intercambiando opiniones, facilitando las conversaciones y los mensajes de acercamiento, así como tomando conocimiento directo de lo que se fue constituyendo en las llamadas mesas paralelas, que permitieron avanzar hacia el acuerdo definitivo y con ello la superación de la crisis . La Misión  en Bolivia ejerció su labor con el objetivo principal de tender canales de comunicación entre las partes, para resolver las discrepancias políticas por las vías institucionales.

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