lunes, 2 de abril de 2012

La política marítima y la Resolución 426











27/03/2012 | Ed. Imp.

OEA.

Cochabamba será sede de la 42º reunión de la OEA, lo que brinda a Bolivia oportunidad para presentar un alegato y también para que la resolución sea ratificada.

El discurso pronunciado el pasado viernes por el presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, con motivo de conmemorarse un aniversario más del asalto de las tropas chilenas al litoral boliviano, no tuvo la espectacularidad del pasado año en similar fecha cuando el Jefe de Estado anunció la demanda internacional contra el vecino país y que estableció un nuevo giro en la política internacional marítima.

A partir de ese anuncio el proceso de una demanda de la importancia y alcances que pretende llevar adelante contra Chile, es lento y complicado y quienes esperaban que este procedimiento podría ser de inmediato estaban equivocados. En su discurso el presidente Morales dejó sentado que la demanda tomará su tiempo.

El discurso del Presidente en este nuevo aniversario de los hechos nefastos del 23 de marzo de 1879, posiblemente no llenó la expectativa porque fue en realidad una reiteración del centenario problema del país frente a Chile aunque obviamente con el aditamento de reafirmar la decisión boliviana de acudir a los tribunales de justicia y la aseveración de que Chile no sea un mal vecino, lo que evidentemente despertó la reacción inmediata del Canciller chileno.

Lo cierto es que en un asunto tan delicado no cabían otras afirmaciones a no ser aquellas de la voluntad de la demanda internacional y la intención de continuar con el diálogo, aunque para algunos sectores de la oposición esto constituye un doble discurso. La oposición que formuló duras críticas al gobierno del presidente Morales en sentido de que durante cinco años se le mintió a Bolivia sobre cómo resolver la demanda marítima, no tomó en cuenta que este problema no responde en realidad a la coyuntura política de un determinado gobierno, sino que se trata de uno de los asuntos más delicados para la nacionalidad boliviana.

La oposición que muchas veces se expresa por declaraciones aisladas de algunos diputados o dirigentes políticos, debería formularse un recuento de la política marítima de anteriores gobiernos y seguramente que concluiría que muchos de ellos no solo que no establecieron acciones definidas en los foros internacionales, sino que incluso dejaron el asunto en un rumbo muchas veces errático y sin fundamento. Está claro que uno de los logros importantes fue la Resolución 426 de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1979, que estableció que la demanda marítima boliviana es un tema de “interés hemisférico” recomendando una solución equitativa y respaldando un “acceso soberano y útil al mar”.

Cochabamba será en junio próximo, la sede de la 42º reunión de la OEA, lo que brinda a Bolivia oportunidad significativa para presentar no solo un alegato en defensa de su causa marítima, también un pedido claro para que la mencionada resolución sea ratificada, lo que en sí ya constituiría una avance de mayor importancia.

Los partidos políticos de oposición y los sectores sociales representativos, incluyendo instituciones privadas y otras de influencia, deberían unir criterios y esfuerzos para aportar planteamientos e ideas con miras precisamente a la reunión de la OEA de Cochabamba. Más que declaraciones aisladas y que se inscriben en el marco estrecho de intereses políticos, el tema del mar debe merecer el apoyo de todos los bolivianos en la perspectiva de apuntalar el informe del Gobierno ante la OEA, reunión que por circunstancias de que Bolivia es la sede, puede presentar un ambiente especial para analizar el pedido boliviano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario