jueves, 26 de abril de 2012

Dinamica Politica




"Digamos primero que hay dos maneras de combatir: una con las leyes; otra, con la fuerza", N. Maquiavelo, El Príncipe, Capítulo XVIII

Cuando las relaciones de poder en una sociedad no se contemplan de manera estática y sujeta a un modelo, sino, funcionando activamente dentro de la interacción humana, estamos en la dinámica política. Esta puede verse bajo dos ángulos distintos: el antagonismo, el desacuerdo y la lucha por una parte, y por la otra, la identificación, el acuerdo y la integración.

En el primer caso, lo que vale es la libertad individual que juega para participar en la elección política y para influir en el Poder público. En el segundo, lo que cuenta es el orden social que debe sostenerse por encima de las discrepancias individuales.

La libertad, considerada políticamente, no es sino la independencia de la voluntad humana frente a otras voluntades. El orden, por el contrario, es la dependencia de nuestra voluntad a otra voluntad que representa la convivencia social.

Cada sociedad y cada cultura, en función de sus valores, tienen un modo particular de combinar la libertad y el orden. Y como ya anotamos, las distintas dosis de libertad dentro del orden social, es lo que nos permite distinguir a las diversas ideologías y a los sistemas políticos.

Dentro de la dinámica política, los antagonismos y la libertad explican a los partidos políticos y a los ciudadanos en la contienda para obtener el poder y participar en él. La integración y el orden justifican al Gobierno para imponer su autoridad, porque sólo así pueden conducirse distintas voluntades a la obtención de fines comunes.
Dentro de esta misma dinámica, el ciudadano y el gobierno sufren la influencia de la opinión pública y de los grupos de presión. Los ciudadanos, el Gobierno, los partidos políticos y los grupos de presión, a su vez, utilizan la propaganda para influir en los demás y orientar su conducta en un sentido, o en otro.

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